Ferrán Arnau pone en marcha en Castalla un original proyecto en el que el comensal vive una experiencia única
Texto: Pedro López / Fotos: Nieves Cantó
El pasado jueves tuvo lugar la presentación de Vinea Ignis, la nueva propuesta de Ferrán Arnau, el que fuera jefe de cocina de Maestral, Aldebarán y, más recientemente, de El Solet. El chef catalán, afincado desde hace años en Alicante, ha dado un giro de 180 grados con un proyecto con epicentro en Castalla en el que el protagonismo exclusivo recae sobre los arroces y los productos locales y de proximidad.
Vinea Ignis no es un restaurante, es más bien un concepto gastronómico original y único tanto por la escenografía como por la propuesta culinaria. Incluso el nombre del establecimiento (fuego de viñas o sarmientos, en latín) nos da una pista de lo que nos vamos a encontrar. Decimos que la idea es original, empezando por el inmenso local, que hasta hace bien poco funcionaba únicamente como sede de una comparsa mora de los Moros y Cristianos de Castalla. Con una ligera remodelación se ha convertido en una sala con toques medievales en su decoración, sin demasiada recarga ornamental, en la que enormes balas de paja delimitan los diferentes espacios en el que se desarrolla este experiencia gastronómica.
Ferrán no está en cocina, es el encargado de recibir a los clientes y explicarles de primera mano cuál es la filosofía de su propuesta. Después de ocupar la mesa correspondiente (todas son de un tamaño más grande del habitual), los comensales acceden a un espacio que recrea un mercado medieval, con diferentes puestos que ofrecen una cuidada selección de los mejores productos de la gastronomía mediterránea: embutidos artesanos de Guadalest, patés, quesos selectos, salazones, cocas artesanas de sobrasada, longaniza o morcilla, gachamiga, encurtidos… Todo ello acompañado de panes rústicos.
Ya en la mesa, una ensalada con productos biológicos anuncia la llegada del plato principal: un arroz a elegir entre ¡18 variedades diferentes!. También se puede elegir una de las dos fideuas incluidas en la carta. Ante semejante oferta es imposible no encontrar un arroz que te guste o uno por descubrir. Además de los tradicionales (conejo y caracoles, del senyoret, a banda…), se pueden encontrar propuestas en las que el producto es uno de los dos protagonistas. El otro es, cómo no, el sarmiento. Todos los arroces se elaboran con él, incluso las cocas pasan por las brasas después de salir del horno para tener ese sabor característico del fuego de la vid, de ‘vinea ignis’. Para rematar la comida, un surtido de postres en el que las elaboraciones de inspiración moruna tienen una presencia fundamental.
La bebida está incluida en el precio, también un vino de Alicante D.O.P. que es un más que aceptable Cantaluz de Bodegas Monóvar. ¿Y el precio? Pues 25 euros, con todo: buffet, ensalada, arroz al sarmiento, postres y bebidas. Y, además, los niños, que incluso disponen de una zona de juegos con una monitora que les atiende, pagan 5 euros. Es decir, una pareja con dos niños puede disfrutar de una selección de lo mejor de la gastronomía de la provincia por 60 euros.
Sin duda, Castalla es una localidad que vale visitar, no sólo por sus encantos históricos o por su entorno natural, ahora además es imprescindible pasar por ella para conocer una de las propuestas más originales de la oferta gastronómica de la zona. ¡Enhorabuena Ferrán!