La manera más sana y dulce de ‘ir al grano
Por Pedro López
La Uva Embolsada del Vinalopó es una de las frutas cultivadas en la provincia de Alicante amparadas por una Denominación de Origen Protegida que se encarga de velar por su calidad. Los racimos de esta fruta, que se caracterizan por sus propiedades nutritivas y su elevado contenido en antioxidantes, son únicos en el mundo por el exclusivo proceso de maduración que siguen. Los bolsos de papel que protegen cada uno de estos racimos no sólo protegen contra las inclemencias meteorológicas y las plagas, también retrasan un mes la maduración del fruto, permiten que la piel sea más fina y uniforme, y aumenta el dulzor del grano.
El Consejo Regulador de la DOP Uva Embolsada del Vinalopó organizó este sábado un encuentro de periodistas y comunicadores gastronómicos para dar a conocer las características de esta fruta, los cultivos, las variedades y el proceso para su almacenaje y distribución.
La jornada comenzó en Casa Alta, una finca situada en la partida noveldense de Beties, donde se producen más de 1.500 toneladas de uva de diferentes variedades, principalmente Aledo, una de las ocho (siete blancas y una negra) que entran dentro de la DOP. Pepe Bernabéu y su esposa Paquita ejercieron de anfitriones cocinando una sensacional y tradicional gachamiga acompañada de tomate, coca de morcilla y tomate confitado, y racimos de uva y un sorbete de uva para rematar la comida.
Después de visitar algunas de las parcelas donde se cultiva la uva embolsada, nos desplazamos a Novelda para comprobar cómo se limpian los racimos, es decir, como se quitan los bolsos, y cómo se clasifican y colocan en cajas para su posterior almacenaje a la espera de ser distribuidas.
El almacén que visitamos, propiedad de Enrique Sánchez, procesa cada día unas cinco toneladas de uva de diferentes variedades que son comercializadas a través de mercados mayoristas y grandes superficies, aunque buena parte de la producción se exporta a diferentes países de Europa, como Francia e Italia. Este almacén comercializa distintas marcas, como El Pantanet o Lima.
En decenas de almacenes como éste, situados en las localidades del Vinalopó incluidas en la DOP (Novelda, Aspe, Monforte del Cid, Agost, Hondón de las Nieves, Hondón de los Frailes y La Romana), miles de hombres y mujeres trabajan en plena campaña limpiando los racimos para su distribución en cajas y preparándolos para su posterior comercialización.
La variedad Aledo es la más tardía y, después de permanecer hasta cuatro meses bajo el manto protector del bolso de papel, los racimos serán distribuidos poco antes de la Navidad para que todos podamos cumplir con el tradicional rito de comer los doce granos de uva durante las campanadas de Nochevieja que despiden el año. Es ésta una tradición que, según fuentes contrastadas, se remonta a 1896 cuando los ciudadanos de Madrid, cabreados con un bando municipal que prohibía algunas prácticas de influencia francesa, como disfrutar de un ‘lunch’ con uvas y champagne, decidieron concentrarse en la Puerta del Sol para tomar doce uvas y celebrar la entrada del nuevo año de manera ruidosa.
Después de conocer los detalles del procesado de los racimos de uva, los periodistas y comunicadores nos desplazamos al Restaurante Alfonso Mira de Aspe donde pudimos disfrutar de un fantástico menú con la uva como protagonista. Para empezar, un aperitivo con tres creaciones sensacionales: teja de arroz con anchoa, gel de algas y uva Doña María; pepino con yogur de uva Aledo y huevas de mujol, y un increíble bombón de gazpacho manchego con liebre desmenuzada y uva Doña María.
A continuación, el chef aspense preparó un cremoso de ventresca de atún con espuma de tomate, queso, tonyina y uva; ravioli de gamba de Santa Pola y calamar con alcachofa y uva Doña María; molleja de ternera con espuma de patata y arrope de uva Aledo y carrillera de atún con judías, cebollas, moscatel y uva. Para finalizar, el plato fuerte de Alfonso Mira: arroz con conejo y caracoles al sarmiento.
Por último, y tras un helado de uva y parmesano, un postre riquísimo: horchata, turrón de Jijona, uvas pasas, bizcocho poroso y uva Aledo.
Teo Mira maridó los platos de su hermanos con vinos de Alicante: Blanco Tarima, Rosado El Sequé espumoso, y los tintos Viña Ulises, Finca Sellés, Miracle y Las Quebradas. Para el postre, el imprescindible Fondillón de Salvador Poveda.
Se cerró de esta brillante manera una sensacional jornada en la que pudimos disfrutar de la cálida acogida de los responsables del Consejo Regulador de la DOP Uva Embolsada del Vinalopó, con Pepe Bernabéu y la directora Beatriz Rocamora al frente, de la ayuda de la periodista Ángeles Ruiz y de la cocina y el trato de los hermanos Alfonso y Teo Mira. Sin duda, pudimos comprobar que saborear de la Uva Embolsada del Vinalopó es la mejor y más sana manera de ‘ir al grano’.
Pedro López es periodista y coordinador de GastroGuía Alicante