El vino alicantino tenía su barril estándar, ocho veces más grandes que el de Burdeos

Por Pedro López

El Fondillón, ese fabuloso vino alicantino cuya historia parece no tener fin, es un pozo de sorpresas para los profanos en materias enológicas. Desde hace unos días, el experto Rafael Poveda, enólogo de MG Wines y uno de los mayores conocedores del Fondillón y, en general, del vino alicantino, publica cada domingo un artículo en el diario Información en el que narra diferentes aspectos de la historia de este mítico vino. En el último abordaba una cuestión que confirma, más si cabe, el carácter legendario del caldo alicantino por antonomasia.

En este mismo blog ya hemos abordado la historia del Fondillón y las características de la uva monastrell con la que se elabora, pero Poveda recordaba en su artículo que, de la misma manera que las zonas vinícolas más importantes del mundo, como Burdeos, Oporto o Jerez, tienen sus propias barricas de crianza con una determinada capacidad, en Alicante también cuenta -desde hace cuatro siglos- con sus toneles exclusivos para el Fondillón.

Se trata de un tonel de gran capacidad (1.732,50 litros), mucho mayor que las de los barriles de Burdeos (225 litros), Jerez (600 litros) y Oporto (630 litros). ¿Porqué las barricas alicantinas eran casi tres veces más grandes que las de Jerez? Rafael Poveda lo explica con claridad: los boteros alicantinos empleaban una medida medieval (cànter o cántaro) originaria del Reino de Valencia, anterior al sistema métrico decimal y que equivalía a 11,55litros en la zona de Alicante, ya que en las de Castellón y Valencia eran ligeramente inferiores. Como los toneles más habituales tenían capacidad para 150 cántaros, pues finalmente se quedaron como las barricas estandar de Alicante.

Barriles de transporte (más pequeños) en el puerto de Alicante.

Los barriles se fabricaban con roble viejo americano (de Canadá y de Estados Unidos), cortados cuando ya eran centenarios, y los artesanos de la provincia eran los encargados de construir los gigantescos toneles, que se dedicaban exclusivamente a la crianza de los vinos y del Fondillón, ya que para el transporte se utilizan otros más pequeños y manejables. El oficio de tonelero era antaño muy común en una zona de producción de vino como Alicante. Sólo en la capital, a finales del siglo XVIII, había unos 40 talleres donde trabajaban más de un centenar de toneleros, oficio que daba nombre a la céntrica calle en la que se concentraban la mayoría de las tonelerías y que en la actualidad es la calle Jorge Juan. Durante muchos años, el gremio de toneleros fue de los más importantes y activos de la ciudad.

El roble llegaba en barcos pesqueros que transportaban bacalao en sus bodegas y la madera sobre la cubierta. Los gigantescos tablones eran descargados en el puerto de Alicante y llevados a las tonelerías, donde los toneleros construían los barriles a mano. Para ir más rápido y hacer más fácil el trabajo, le daban a los toneles el máximo tamaño que permitían los tablones de roble, motivo por el que finalmente se estandarizó la medida más grande. Con el paso de los años, estos toneles que destinaron exclusivamente al Fondillón, que se exportaba prácticamente a todo el mundo.

Tras la Guerra Civil se dejó de recibir roble americano, por lo que los toneleros que aún quedaban en la provincia empezaron a reducir el tamaño de los barriles para aprovechar al máximo la materia prima, que empezó a ser de peor calidad (castaño, pino…), y también para poder emplear la maquinaría más moderna que ayudaba en los trabajos y que estaba adaptada a la medida bordolesa (225 litros) . En los años siguientes, con el paulatino abandono en la producción de Fondillón, los barriles originales empleados en su elaboración fueron quedando en el olvido, o incluso fueron destruidos.

Barriles en las impresionantes instalaciones de Bodegas Monóvar. / FOTO MG WINES

El bodeguero Salvador Poveda, uno de los artífices de la resurrección del Fondillón, al comprobar que el tonel alicantino iba a desaparecer, empezó a coleccionarlos y fue comprando y recuperando todos los que puedo, hasta alcanzar la fabulosa cifra de 200 barriles, que son los que actualmente emplean las bodegas Monóvar (propiedad del grupo MG Wines) para elaborar su Fondillón.


Pedro López es periodista y coordinador de GastroGuía Alicante


 


Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Gastro Guía Alicante © 2017. Todos los derechos reservados.

f
twitter
instagram
gplus
youtube
cropped-Icono-Gastro.png

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies