Platos y personas excepcionales
Por Pedro López
Las apariencias, a veces, engañan y lugares que a primera vista no llaman la atención, esconden auténticos tesoros gastronómicos. Es el caso del Restaurante L’Obrer, en Benimantell, un típico edificio de dos plantas sin demasiado encanto exterior, pero en cuyo interior Vicente y Mari Cruz despliegan toda su amabilidad y su buen hacer para convertir su local en un lugar de obligada peregrinación para deleite del paladar.
Hace unos días visitamos Benimantell, en el interior de la comarca de la Marina Baja, para disfrutar de alguno de los menús que seis establecimientos de la localidad han elaborado con motivo de la 3ª Semana Gastronómica de L’Olleta de Blat. Nos decantamos por L’Obrer por tres motivos: las opiniones positivas en redes sociales, una foto de la cocinera con el chef Joel Robuchon -al parecer, cliente del restaurante desde hace años- y un lejano recuerdo de una visita anterior por parte de Nieves.
La decisión no pudo ser más acertada. L’Obrer es un restaurante acogedor, con un cómodo aparcamiento propio desde el que se puede contemplar la vecina Beniardá y en el que Vicent Ponsoda, fundador del establecimiento hace 31 años, realiza las funciones de anfitrión y jefe de sala. Su historia es la de un hombre que decidió no seguir los pasos de su padre y de su abuelo, albañiles de oficio -obrers, en valenciano-, e iniciar su propia carrera profesional como empresario de la hostelería desde la más absoluta inexperiencia. Lo que comenzó siendo una incierta aventura junto a su esposa Mari Cruz, con momentos críticos en los comienzos, terminaría convirtiéndose en una acertada realidad con el paso de los años. Sin duda, los dos han sido unos obreros, pero de la restauración.

En un salón de dos plantas presidido por una chimenea, frente a la cual nos sentamos, pudimos disfrutar del menú preparado para la Semana Gastronómica. Empezamos probando una sensacional coca de cebolla caramelizada que, aunque llega acompañada de un vasito con all i oli, preferimos saborear ‘a palo seco’ para descubrir el increíble sabor.

A continuación, una fuente de espencat superlativo: pimiento rojo, berenjena, pimiento verde y cebolla, todo asado y acompañado de miguitas de bacalao. Para acompañar, unas rebanadas de pan y aceite casero elaborado con aceitunas autóctonas (manzanilla).




Con los dos primeros entrantes ya nos han conquistado, pero la comida no ha hecho más que empezar. Nos esperan unas suculentas y crujientes croquetas de pollo -con maíz en el rebozado- y un plato tan sencillo como excepcionalmente rico: alcachofas fritas con huevo de codorniz y trufa rallada. Completamos los entrantes con un solomillo de cerdo relleno de orejones y salsa de seta y un plato que Mari Cruz, llevando la contraria a su marido, ha decidido (sabiamente) mantener en el menú: saquitos rellenos de queso de cabra y mermelada casera de tomate. Simplemente magníficos.

Después de media docena de entrantes tan excelsos, llega el turno al plato que protagoniza la Semana Gastronómica de Benimantell: la olleta de blat. Este plato de cuchara está a la altura de todo lo que hemos probado: sabroso, pero con un sabor suave en el que los trozos de blanquet y de tocino no restan protagonismo ni a las legumbres, ni a las verduras, ni por supuesto al trigo. La olla se queda en el centro de la mesa por si nos da por repetir. (Sí, repetimos).
Durante la comida disfrutamos de dos vinos de la DOP Alicante, como no podía ser de otra manera. Primero, un magnífico Tarima de Bodegas Volver y después, un Laudum de Bocopa también muy rico.

Ha llegado el momento del postre y para rematar el increíble menú Vicent nos sirve una degustación de cinco tartas caseras: de limón, de chocolate, de queso, de flan de calabaza y de manzana. Después de los cafés, llegan a la mesa una botella de Herbero de Mariola de Destilerías Rufo, otra botella de mistela y una tercera de moscatel.

Mientras disfrutamos de la sobremesa, Vicent nos presenta a su padre, del que no sólo ha heredado el nombre, también la templanza, la simpatía y la afición a compartir vivencias y anécdotas. Vicent padre nos cuenta que fue ‘mestre d’obra’ durante más de medio siglo, que se ganó la vida levantando casas en los pueblos de la comarca (pero no en Benidorm) y que también hizo algo de obra pública, como el depósito y la red de agua potable de Monóvar. Su clarividencia impide sospechar su edad: 87 años (“a dos meses de los 88”).
Nos despedimos enormemente satisfechos de L’Obrer, por la magnífica comida, por el fantástico trato y por la compañía de Pilar y Kike, que han sido los que nos animaron a acercarnos a Benimantell. Contentos también por comprobar de nuevo que en los pequeños pueblos del interior de la provincia es fácil encontrar personas tan excepcionales como los platos que elaboran. No nos extraña que el chef Joel Robuchon sea cliente de la casa desde hace más de 20 años.
- RESTAURANTE L’OBRER
- Carretera de Alcoy, 27
- 03516 Benimantell
- Tfno 965 88 50 88
- Web
Pedro López es periodista y coordinador de GastroGuía Alicante