La variedad autóctona vive su mejor momento
por Pedro López
La agricultura de la provincia cuenta con diferentes variedades que son auténticas protagonistas de su gastronomía. O bien por tratarse de variedades autóctonas, o bien por haber encontrado en las comarcas alicantinas el hábitat ideal en el que evolucionar o incluso sobrevivir. Una de estas supervivientes es, sin duda, la uva Monastrell. La provincia de Alicante (y algunas zonas de la vecina Región de Murcia) cuenta con una características geográficas y climatológicas que han convertido a esta peculiar uva en una pieza básica en la producción vinícola.
En la actualidad, esta variedad vive un gran momento en la provincia de Alicante, donde prácticamente todas las bodegas producen excelentes vinos empleando únicamente Monastrell. La recuperación de las variedades vernáculas ha permitido poner esta uva en el lugar que se merecía.
En primer lugar, tendremos que recordar que la uva Monastrell es una variedad cuyo origen se remonta al siglo XV y su procedencia se sitúa en Sagunto, localidad valenciana conocida hasta como Morvedre (o Murviedro) hasta finales del siglo XIX, nombre que recibe este tipo de uva en Francia. Su nombre no está en absoluto unificado ya que en España, además de Monastrell, también se le conoce como Vemeta, Morrastrell o Morastell, y en América y Portugal se llama Mataró, como la ciudad catalana. Otras denominaciones son Alcayata, Gayata, Espar, Balzac…
La Monastrell es una uva tardía que se vendimia a finales se septiembre e incluso en octubre y que tiene la capacidad de sobremadurar en la cepa si la meteorología lo permite. Esta particularidad es la que permitió su aprovechamiento para la elaboración del mítico Fondillón, vino extraído de las uvas que eran vendimiadas en último lugar cuando ya eran prácticamente pasas. Es una uva resistente a las condiciones más duras y también presenta una resistencia media-alta a enfermedades como el oidio y el mildiu.
Los racimos de esta variedad son cónicos y prietos, con granos redondos y pequeños de color negro intenso y piel gruesa. La Monastrell que se recoge en las comarcas alicantinas en comparación con la de otras zonas vecinos es que combina mejor con otras variedades por las características del suelo y del clima. El ‘coupage’ ideal es con Garnacha, aunque también mezcla bien con Syrah, Merlot y Cabernet Sauvignon.
En España se cultiva, además de en Alicante, en Murcia (D.O. Bullas, D.O. Jumilla y D.O. Yecla), en Cataluña y en Valencia, mientras que fuera de nuestras fronteras se puede encontrar en el sur de Francia, donde llegó en el siglo XVI) y en Australia y California, zonas vinícolas que descubrieron la Monastrell en el siglo XIX).
En España, país que cuenta con la mayor extensión del mundo dedicada a la Monastrell, es la cuarta variedad tinta más cultivada por detrás de la Tempranillo, Bobal y Garnacha.
La uva Monastrell presenta por su dulzor un gran equilibrio de graduación y acidez, lo que la convierte en una variedad muy polivalente. Además de mezclar bien con otras, produce un vino carnoso con una buena graduación alcohólica -más alta en los años más cálidos- y, además del Fondillón, también permite obtener rosados excelentes y rancios dulces muy interesantes.
Los vinos obtenidos con uva Monastrell se caracterizan, por lo general y dependiendo de la zona de producción, por tener potencia en el color y en el sabor. Los caldos de la zona del Alto Vinalopó (Villena, Pinoso, Salinas…) superan a los de otras provincias y regiones gracias a los suelos calizos y a un clima más duro, con inviernos muy fríos y veranos muy cálidos y secos. Estas condiciones permiten obtener vinos con menos alcohol, con una buena acidez que propicia una mayor longevidad. Vinos absolutamente sensacionales obtenidos con uva Monastrell son Tarima Hill (Bodegas Volver), Laudum Roble (Bocopa), Finca Sellés, Mo Salinas (Sierra Salinas), El Sequé (Bodegas y Viñedos El Sequé)… Todos ellos son vinos con una relación calidad/precio inigualable.
La importancia de esta variedad en el sector vitivinícola de la provincia es tal que hace unos años se celebró un congreso mundial en Alicante al que acudieron expertos y productores de todas las zonas del mundo donde se cultiva y pudieron probarse 120 vinos de 25 bodegas elaborados exclusivamente con Monastrell. La D.O.P Alicante define los vinos alicantinos obtenidos con Monastrell como “de fuerte color violeta oscuro, con capa alta, que se nota han recogido muchas de las horas de luz de las que goza esta región y que por tanto, tienen tanta una alta carga fenólica como altos porcentajes de resveratrol, el mejor antioxidante para el ser humano”.
Pedro López es periodista y coordinador de GastroGuía Alicante