La tecnología ayuda a que elaborarlo sea un proceso mucho más sencillo y rápido


por Pedro López


El pan es uno de los pilares de la alimentación humana desde la Prehistoria. Sin embargo, la elaboración de este alimento básico ha cambiado mucho desde los tiempos en que el pan era una mezcla de agua y granos de cereal mal molido calentada sobre una piedra al sol hasta la actualidad. Aunque la mayor parte de los consumidores compran el pan en tiendas y supermercados, existen muchas posibilidades tecnológicas para elaborar el pan en casa.

Probablemente, la manera más laboriosa es realizar cada uno de los pasos (amasado, reposo, horneado y enfriado) de manera manual o con el apoyo de algunos aparatos, tal y como hacen los panaderos, pero una opción muy factible es emplear alguno de los pequeños electrodomésticos que se encargan de realizar todas las funciones, y facilitan enormemente el trabajo, como son las panificadoras. Por ejemplo, hacer pan con la panificadora Panasonic permite elegir el tipo de hogaza, emplear harina sin gluten, elaborar bizcochos con ingredientes como pasas o nueces, programar el inicio del horneado y el nivel de tostado…

Hay otros aparatos o robots que sirven de ayuda a los que prefieren entregarse a la ardua labor de elaborar el pan de manera más manual o menos tecnológica, sin recetas programadas. En este sentido, una buena amasadora nos ahorra todo el duro y laborioso proceso de trabajar la masa a mano, pero no evitará que haya que estar pendiente de los tiempos de reposo o fermentación de la masa, de la labor de dar forma a las piezas de pan y controlar además los tiempos de horneado.

La elaboración de pan casero, no obstante, es laboriosa por el tiempo que conlleva, pero menos complicada de lo que puede parecer. Basta tener claro cuáles son los cuatro ingredientes básicos (harina, agua, levadura y sal), los porcentajes de cada uno de ellos (para un pan de medio kilo: medio kilo de harina, 300 gramos de agua, 10 gramos de levadura fresca -o 3,5 gramos de levadura seca- y 10 gramos de sal) y los pasos imprescindibles: (mezcla de ingredientes, primera fermentación, amasado, segunda fermentación, formar los panes, hornear y dejar enfriar).

Respetando los ingredientes, los porcentajes y los pasos se puede conseguir un pan casero muy rico que puede estar aún más bueno si te atreves a experimentar variando las proporciones de los ingredientes (siempre dentro de unos límites) o añadiendo otros nuevos (nueces, semillas, cebolla…) que le den un toque original y diferente a nuestro pan. En cualquier caso, y utilices panificadora o no, hacer pan en casa tiene el encanto de disfrutar de un alimento sano e imprescindible en la dieta que tú mismo has elaborado y del que conoces totalmente los ingredientes que lleva. Además, podrás saborearlo aún más si lo tuestas y lo acompañas con alguno de los aceites de oliva virgen extra que se elaboran en la provincia de Alicante.

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Pedro López es periodista y coordinador de GastroGuía Alicante


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