Tentenublo 2015
Por Vanesa Agulló.
«Tente nube, tente nu, que Dios puede más que tú. Si eres agua, ven acá, si eres piedra, vete allá, siete leguas de mi pueblo, y otras tantas más allá”. (Repique de campanas utilizado antiguamente en tierras españolas para alejar las tormentas de granizo)
Porque la gente que vive del campo sale de sus casas mirando al cielo…
Parece increíble que hoy en día alguien se empeñe en dar un carácter de frescura y humildad a sus vinos. Pero un hombre enamorado de su tierra, como Roberto Oliván, tiene claro que debe volver a sus orígenes, elaborando vinos sin trampas, auténticos, de disfrute intenso, del que puede que no estemos del todo acostumbrados.

Hoy probamos Tentenublo. Vino de aldea.
Roberto Oliván habla y conoce su pueblo y pretende impregnarnos de esas tierras Alavesas, más concretamente en Viñaspre, pedanía de Lanciego. A los 16 años se hizo cargo de las viñas de la familia. Estudiando, trabajando para otros,hasta poder hacer realidad su proyecto personal. Luchando contra los grandes de la región, buscando vinos naturales, sin productos que puedan dañar la tierra y utilizando azufre y cobre para paliar las enfermedades de la vid. Su lema Tiempo al tiempo, y observen… no es más que observar, procurar cambiar lo que se desea cambiar, y volver a observar para ver si los cambios tuvieron su efecto.
En resumen. Roberto Oliván apela a la elaboración sin ‘fraude’ y al rescate de la auténtica tipicidad de Rioja y del concepto refrescante e histórico del vino, En una zona fría, expuesta a los caprichos del viento del norte y las lluvias de la sierra cántabra, y con un suelo situado a 600 metros de altitud, con roca arenisca, y poco profundos. Con un sistema de conducción de vasos altos y unos viñedos propios que rondan entre los 40 y 100 años, se cultiva la variedad de Tempranillo y Garnacha entre otras.
Oliván apuesta por la fermentación espontánea para respetar sus aromas, destacando cada variedad utilizada. ¡Vamos a catarlo!

Bodegas: Tentenublo Wines.
Añada: 2015. 10 meses en barrica de roble francés
Tipos de uva: Tempranillo, garnacha y viura.
Graduación: 14º
D.O. Rioja. Vino de aldea. Viñaspre
Notas de cata
En vista tiene un color cereza, con pigmentos granate y rubí. Muy vistoso y brillante.
Nariz: Destaca la fruta madura, fruta roja, hierbas de montaña, aromas a terruño. Goloso y balsámico.
Y en boca persisten los sabores percibidos en nariz. Fructuoso, especiado, sabores a fruta madura, sobresalen los taninos, aunque es muy equilibrado.
En definitiva, un vino inusual, atrevido, informal, alejándose de los estereotipos o mejor dicho, acercándose a un nuevo modelo de producción y consumo, donde la tierra, el hombre y el respeto a la naturaleza van de la mano.
Un vino para acompañar un guiso de pescado especiado, como esos marmitakos, o calderetas de rape; unas carnes rojas, acompaña muy bien las salsas de cocciones lentas,
y estofados que no tienen prisa.
Brindemos por aquellos que trabajan la tierra para sacar lo mejor de ella.
Vanesa Agulló es sumiller del Restaurante Pintxo Kalea de Alicante.