El certamen ha nacido con muy buen pie, ahora hay que mejorarlo y consolidarlo


por Pedro López


Una semana después del inicio de Alicante Gastronómica ha llegado el momento de analizar el resultado de un certamen que debe catapultar a la provincia de Alicante en el escalafón gastronómico nacional. En primer lugar, y para no andarnos con rodeos, el balance sólo puede ser calificado de una manera: muy positivo.

Haciendo un repaso global de lo acontecido y de lo ofrecido a las miles de personas que de viernes a lunes pasaron por las instalaciones de IFA el resultado es satisfactorio. Muchos de los expositores reconocían que sus expectativas se habían visto superadas. Y comparando los datos del certamen alicantino con los de Gastrónoma (la competencia valenciana que se celebra en noviembre), el balance es aún más positivo: más de 20.000 personas pasaron por IFA, 5.000 más que por Feria Valencia.

El papel jugado por la Diputación de Alicante, especialmente por Carlos Castillo, ha sido determinante para que Alicante Gastronómica pudiera celebrarse y pudiera hacerlo de la única manera posible: apostando de manera exclusiva por los productos y productores de la Costa Blanca. No tiene sentido organizar una muestra con respaldo público para acabar invitando a los visitantes a que consuman y prueben los productos de fuera. La posible llegada de la Academia de la Gastronomía Mediterránea a Alicante -la noticia que más eco ha tenido fuera de la provincia- es otro logro que hay que apuntar en el haber de la Diputación.

También ha sido clave la organización de la Institución Ferial Alicantina, con Esther Guilabert al frente, para llevar a buen puerto un certamen con cientos de stands, decenas de charlas, ponencias y talleres simultáneos. Igualmente ha sido crucial la presencia de las DOP y de las IGP de la provincia para dar a conocer los productos alicantinos, la apuesta de muchos ayuntamientos, de la Generalitat Valenciana a través de la AVT y de los CdT, de grandes empresas, como El Corte Inglés, Carrefour o Tescoma, de restaurantes y establecimientos…

Imprescindible la presencia de prácticamente todos los chefs del panorama culinario de la Costa Blanca. De una manera u otra han estado presentes todas las Estrellas Michelin y los Soles Repsol de la provincia, además de otros cocineros que brillan igualmente sin necesidad de estrellas o soles.

En muchos aspectos, la primera edición de Alicante Gastronómica ha puesto el listón muy alto y habrá que esforzarse mucho para superarlo. Eso, en los tiempos que corren, no le sonará bien a algunos, pero a otros les (nos) motiva: el valor del esfuerzo y el espíritu de lucha siempre tienen premio, aunque el camino sea largo.

Dicho esto, y para no morir de éxito, también ha llegado el momento de remarcar las cosas que se pueden (y deben mejorar) para que Alicante Gastronómica no quede reducida a una muestra provinciana de nuestras excelencias. Después de poner la primera piedra hay que ampliar las miras y tener muy claro que el sector servicios -lo queramos o no- es el motor productivo de Alicante y la oferta gastronómica es uno de sus pilares fundamentales. Y en esta provincia hay producto, productores, cocineros, tradición, creatividad… A este menú tan digestivo hay que sacarle más provecho.

El próximo año el objetivo no puede ser otro que consolidar Alicante Gastronómica como un evento importante en la agenda nacional y para ello hay que conseguir el desembarco de visitantes de fuera, nacionales y extranjeros. Sería imperdonable no aprovechar que el aeropuerto de El Altet está a tiro de piedra de IFA. Otra de las claves para aumentar el radio de acción será acomodar el certamen en el calendario para que no vuelva a coincidir con un fin de semana de comuniones y del Día de la Madre. No será fácil por la celebración de eventos ya consolidados (Salón de Gourmets, Alimentaria, Madrid Fusion…), pero habrá que emplear los codos para hacerse un hueco.

Otra necesidad, directamente relacionada con la importancia de ampliar fronteras, es la de comunicar a los cuatro vientos lo que está aconteciendo (y lo que vaya a acontecer) en Alicante Gastronómica. No se puede desperdiciar la oportunidad de tener más estrellas y soles autóctonos que el firmamento y reducirlo casi todo a los ecos que se puedan obtener en las redes sociales o en los medios locales.

Igualmente es fundamental que se mantenga la apuesta por lo local y por dar todas las facilidades posibles a los expositores y participantes, especialmente a los más modestos económicamente, para que puedan mostrar sus productos y darse a conocer.

Esta reflexión no tiene otro objetivo que sumar y aportar para que Alicante Gastronómica sea un certamen de referencia en el panorama nacional porque la gastronomía de la provincia tiene mimbres (vinos, frutas, productos, empresas, restaurantes, chefs, instituciones…) más que suficientes para sostenerlo por sí sola sin necesidad de recurrir a la competencia.


Pedro López es periodista y coordinador de GastroGuía Alicante


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